Chapter 2 Ética kantiana

La distinción entre fenómeno y númeno también tiene un papel importante en la ética kantiana, especialmente en cómo Kant entiende la libertad, la moralidad y la autonomía.

2.1 El ser humano como fenómeno y como númeno

  • Según Kant, los seres humanos tienen una doble naturaleza:
    • Como fenómenos, somos parte del mundo natural y estamos sujetos a las leyes de la causalidad. Esto significa que nuestras acciones, vistas desde el punto de vista empírico, pueden explicarse como efectos de causas previas (biología, psicología, entorno, etc.).
    • Como númenos, somos seres racionales y libres, capaces de actuar de acuerdo con principios morales que no están determinados por las leyes naturales. En este sentido, nuestra libertad no pertenece al mundo de los fenómenos, sino al mundo de los númenos.

2.2 La libertad y el reino del númeno

  • Para Kant, la libertad es una condición necesaria para la moralidad. Si nuestras acciones estuvieran completamente determinadas por causas externas (como ocurre en el mundo fenoménico), no podríamos ser responsables moralmente.
  • Sin embargo, como seres racionales, pertenecemos al mundo del númeno, donde somos libres de actuar según la razón pura. Esta libertad no es empírica (no se puede observar ni medir), sino trascendental: es la capacidad de actuar de acuerdo con leyes morales que nosotros mismos nos damos.

2.3 La ley moral y el imperativo categórico

  • La ley moral que Kant describe en su ética no se basa en deseos, inclinaciones o consecuencias (que pertenecen al mundo fenoménico), sino en la razón pura, que opera en el ámbito del númeno.
  • El imperativo categórico, que es el principio fundamental de la moralidad kantiana, exige que actuemos de manera que nuestras acciones puedan convertirse en una ley universal. Este principio no depende de nuestras experiencias o circunstancias (fenómenos), sino de nuestra capacidad racional de reconocer lo que es moralmente correcto (númeno).

2.4 Autonomía moral

  • La autonomía es central en la ética kantiana. Significa que los seres humanos, como seres racionales, tienen la capacidad de darse a sí mismos leyes morales, en lugar de ser gobernados por impulsos o deseos externos.
  • Esta autonomía solo es posible porque, como númenos, somos libres y no estamos completamente determinados por las leyes causales del mundo fenoménico.

2.5 La dignidad humana

  • La distinción entre fenómeno y númeno también fundamenta la idea de la dignidad humana en Kant. Como seres racionales, no somos meros objetos en el mundo fenoménico, sino fines en nosotros mismos, con un valor intrínseco que trasciende cualquier utilidad o función.

Resumiendo

En la ética kantiana, la distinción entre fenómeno y númeno permite explicar cómo los seres humanos pueden ser libres y responsables moralmente. Aunque en el mundo fenoménico estamos sujetos a las leyes de la naturaleza, en el mundo del númeno somos seres racionales y autónomos, capaces de actuar según principios morales universales. Esta libertad trascendental es la base de nuestra capacidad para cumplir con el imperativo categórico y vivir de acuerdo con la ley moral.